El día de mi 18 cumpleaños, descubrí el lado kinky de mi madrastra cuando me dio una mamada impresionante. Fue un viaje salvaje de placer prohibido, empujando todos mis límites.
En mi 18 cumpleaños, fui regalada con lo inesperado por mi madrastra.Ella, una amateur argelina que llevaba años albergando un deseo secreto, finalmente decidió ceder ante sus impulsos.Cuando me acosté en la cama, lentamente reveló mi miembro palpitante de debajo de las cubiertas, sus ojos se abrieron sorprendidos y excitantes.Con una mano suave, comenzó a acariciarme, su toque enviaba estremecimientos de anticipación por mi cuerpo.Luego, sin dudarlo, me llevó a su boca, sus labios se envolvieron alrededor de mi eje.La sensación fue abrumadora, ya que expertamente me complació con su lengua, sus ojos nunca salieron de los míos.Pero eso no fue suficiente para mi pervertida madrasra.Entonces se movió más abajo, su lengua se deslizaba sobre mi piel, trazando un camino hacia mi culo.Con un grito, empujó su lengua dentro de mí, explorando cada centímetro, su lengua danzando alrededor de mi agujero.Este fue un regalo de cumpleaños que nunca había esperado, pero que nunca olvidaría.
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